miércoles, 11 de abril de 2007
¡Devolveme mi collar!
Diego es el agujero negro que habita en mi cuarto. Es tan pequeño que nunca se dónde esta, pero les aseguro que come muy bien. Hace una semana se dio un banquete, en menos de una hora desapareció mi billetera, un par de anteojos y mi collar. Si, escucharon bien, mi collar. Ese del cuerno que tanto quiero. El resto no me importa.
Al principio supuse que si me hacia amiga de Dieguito me devolvería mis tan preciados objetos tarde o temprano. Pero, adivinen qué. No lo hizo. Así que junté cinco pertenencias de escasa importancia para hacerle una ofrenda. Entre estos estaba mi tarjeta de la obra social (que no pago hace tres meses), una de mis ranas rotas de cerámica, un anillo que me regaló mi ex, etc. Para crear un ambiente prendí velas, puse una música medio satánica y deje todo debajo de la cama en un seudo ritual. Al día siguiente todo estaba ahí, con un poco de polvo, pero intacto. Traté de comunicarme con él y suponiendo que no habla castellano intercalé sílabas de forma azarosa. "Cratfut yicup" creo que le dije. Obviamente no me respondió.
Fallado mi segundo intento de recuperar mi cuerno llegué a la siguiente conclusión: Si Diego es un agujerito negro, puede ser que no quier comunicarse con migo por no ser lo mismo qué él. Decidí entonces vestirme de negro, toda de negro. Lo más complicado fue ingeniarmelas para cubrir mi cara , pero una pantys en la cabeza al estilo ladrón solucionó el problema. Procedí a oscurecer el cuarto. Baje las persianas, apagué la luz y cerré la puerta. Estuve tres horas sentada en la cama esperando, no se bien qué, pero algo, alguna señal. Nada.
Estoy desesperada. Este es mi último recurso. Por este medio le digo a Diego: ¡Devolveme mi collar! (aunque sea en una moto)
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